Necesito que alguien me diga cuánto tiempo de espera me queda para recibir algo a cambio, para que mi sacrificio sea reconocido y la recompensa sea la merecida.
Llevo tiempo esperando y ya no sé si el tiempo no pasa o pasa muy deprisa sin dejar rastro, si el esfuerzo es suficiente o si todo lo dado es poco. Igual es la constancia la que brilla por su ausencia o igual es la motivación, quién sabe.
Dicen que la paciencia es una virtud y yo, por lo que parece, sigo esperando a que alguien me la presente.
No sé por qué será pero lo que sí que sé, es que cada día me pican más lo ojos y no es precisamente de las noches que no son noches sino de las noches que lo son demasiado, de días en los que nada sale, de días con poca suerte.
Temporadas de ir en picado y temporadas de tocar el cielo, no tengo término medio.
Y contra esto, ¿qué? Reír a destiempo es lo más cuerdo, salir a intentar comerse el mundo y lo que venga será bienvenido.
Sólo te pido a ti, tiempo, que me dejes disfrutar más de lo bueno y que lo malo pase de puntillas, sin hacer mucho ruido.